Piel grasa: es el terreno preferido para los “pequeños” problemas de la piel
como los puntos negros y los microquistes, signos del acné retencional.
Sigue esta guía para mantener las lesiones a nivel superficial y evitar la
inflamación.
Esta es generalmente la forma en que aparecen en
el rostro de los adolescentes: los microquistes y los puntos negros son el
resultado de la producción excesiva de sebo causada por los cambios
hormonales de la pubertad.
Pero, ¿por qué se forman? Como el
sebo es más espeso y se produce en mayor cantidad, no puede fluir a
través de los poros y los pequeños orificios que sirven para
expulsarlo acaban obstruyéndose. Esta acumulación de sebo
favorece la formación de estas lesiones relativamente superficiales
en la nariz, la frente, las mejillas y la barbilla, tanto en niñas
como en niños.
Acné retencional: microquistes o puntos negros, ¿cuál es la diferencia?
Los microquistes y los puntos negros son las dos principales
manifestaciones de los brotes retencionales.
Microquistes (o comedones
cerrados)
Un microquiste es el resultado de un
proceso que comienza con la piel grasa. El siguiente paso es la
formación de un microcomedón: el sebo producido en
exceso se espesa y cambia formando una especie de cuerno que
obstruye los poros. En esta fase, la microlesión pasa
desapercibida, pero el sebo que se acumula en la superficie acaba dándole
un aspecto blanco. Esto se llama comedón cerrado.
Puntos negros (o
comedones abiertos)
También hay comedones abiertos,
conocidos como puntos negros. Este color se debe a la oxidación
del sebo en contacto con el aire. Al igual que los microquistes,
los puntos negros pueden desaparecer espontáneamente o
hincharse. Por lo tanto, es importante actuar en esta fase.
¿Cómo puedo cuidar de mi piel
con tendencia acneica?
Si notas la aparición de microquistes,
puntos negros o ambos en tu rostro al mismo tiempo, ¿qué
debes hacer?
El primer paso es elegir cuidadosamente los
productos de higiene diaria. Para la limpieza el agua micelar o un gel
limpiador suave y sin jabón ayudarán a reducir el exceso de
sebo y a matificar la piel sin desprotegerla. Debes adoptar una rutina por
la mañana y por la noche para una mayor eficacia.
El paso de la hidratación también
es muy importante, incluso si tu piel es grasa. De hecho, una piel con
hidratación insuficiente reacciona y produce más sebo. Elige
una crema ligera, no grasa, matificante, antimanchas y no comedogénica.
Y puedes aplicar una mascarilla exfoliante con propiedades limpiadoras y
absorbentes, aunque no más de dos veces por semana.
Si tratas los brotes retencionales con terapias
dermatológicas, ten en cuenta que algunas de estas pueden resecar la
piel. Tendrás que cambiar a productos de cuidado diario de la piel
especialmente formulados para la piel reseca por las terapias contra el acné.
¿Por qué es importante tratar de inmediato el acné
retencional?
Ya sea abierto o cerrado, un punto negro es el
entorno ideal para que prolifere la bacteria Cutibacterium Acnes. El
siguiente paso es el desarrollo de pápulas (granos grandes, duros y
rojos) y pústulas (estos granos contienen un líquido
purulento). Cuando esto sucede, los brotes se hinchan.
Por lo tanto, lo ideal es tratarlos de antemano.
¿Cómo? Algunos productos innovadores para el cuidado de la
piel se enfocan en los brotes durante la etapa de los micropuntos negros.
Cuando se aplica este tipo de terapia, se tratan los microcomedones
existentes y se evita que aparezcan otros nuevos.
Los pasos correctos
para los brotes retencionales
Aunque puede ser muy tentador reventar
los puntos negros o blancos, es mejor no tocarlos. El riesgo es la
hinchazón y los brotes, que son más difíciles
de tratar. El uso de productos antimanchas y no comedogénicos
adaptados a tu tipo de piel será más eficaz para
mantener los brotes a nivel superficial.
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