Afección inflamatoria crónica de la piel del rostro
No es la localización más común de la afección inflamatoria crónica de la
piel, pero algunos pacientes pueden tenerla en la piel del rostro. Sin
embargo, con unas sencillas medidas se pueden reducir los signos de la
afección inflamatoria crónica de la piel del rostro. Aquí tienes algunos
consejos.
¿Qué es la afección inflamatoria crónica
de la piel del rostro?
La afección inflamatoria crónica de la piel del rostro no es
el tipo más común. Es raro que el rostro sea la única
zona de afección inflamatoria crónica de la piel. La mayoría
de las veces, la afección inflamatoria crónica de la piel del
rostro es, en realidad, una afección de la piel del cuero cabelludo
que se “derrama” sobre la frente. Pero esto no es sistemático:
en los niños, es más probable que afecte a los párpados
y a la piel alrededor de la boca. En los adultos, también puede
encontrarse en el entrecejo y en los pliegues nasolabiales, más
conocidos como líneas de la sonrisa.
Cómo reconocer la afección
inflamatoria crónica de la piel del rostro
La afección inflamatoria crónica de la piel del rostro puede
parecerse o combinarse con otras enfermedades de la piel. La
sebo-psoriasis, por ejemplo, es la combinación de afección
inflamatoria crónica de la piel y la dermatitis seborreica. Causada
por un hongo, también se manifiesta con manchas rojas y escamas, más
a menudo en las zonas grasas del rostro. Confía en tu dermatólogo,
que podrá determinar la naturaleza exacta de tu afección
inflamatoria crónica de la piel del rostro y prescribir la terapia
adecuada.
Minimizar la afección inflamatoria crónica de la piel del rostro
Existen varias formas de hacer que la afección inflamatoria crónica de
la piel del rostro sea menos visible.
Maquillaje
¿Sabes por qué hay tantos correctores verdes? Porque
es el color que neutraliza el rojo. Combinado con una crema de base
compacta, es perfecto para camuflar la afección inflamatoria
crónica de la piel del rostro. Para no agravar las lesiones,
es importante elegir productos de maquillaje para pieles sensibles
que puedes encontrar en las farmacias. Estas técnicas de
camuflaje, también conocidas como “maquillaje terapéutico”,
son muy útiles para mejorar la confianza en uno mismo.
Pueden hacerlo tanto las mujeres como los hombres para mejorar su
imagen personal. Pero recuerda que este tipo de corrección
solo se realiza en las manchas de afección inflamatoria crónica
de la piel. Dos pasos importantes: hidratar el rostro y las manchas
de afección inflamatoria crónica de la piel con una
crema para piel sensible justo antes de aplicar el maquillaje por
la noche; terminar desmaquillándose con una loción,
aplicada con la yema de los dedos, seguida de la aplicación
de una crema hidratante.
El sol
Mientras que el viento y el frío tienden a agravar la afección
inflamatoria crónica de la piel del rostro, el sol puede ser
bueno para ella. Si te expones al sol gradualmente y con moderación,
y si proteges bien tu piel, los rayos UV pueden reducir la irritación
de la piel y minimizar las placas. Consulta a tu médico.
La afección inflamatoria crónica
de la piel del rostro es especialmente sensible en otoño e
invierno.
La piel seca suele ser un caldo de cultivo
para la afección inflamatoria crónica de la piel, y del
rostro en particular, sobre todo en otoño e invierno. Esto se
debe a las condiciones climáticas que provocan sequedad en la
piel cuando se está al aire libre, como el viento y el frío.
También puede reaccionar a los cambios bruscos de temperatura,
ya que cualquier estímulo puede desencadenar un brote de afección
inflamatoria crónica de la piel. Para evitarlo, no hay que
abrigarse el rostro. Lo primero que puedes hacer para prevenir la
afección inflamatoria crónica de la piel es hidratarte.
Mejores prácticas para la afección
inflamatoria crónica de la piel del rostro
No olvides limpiar tu rostro y desmaquillarte, por la mañana y
por la noche. Utiliza productos recomendados para tu afección
inflamatoria crónica de la piel del rostro. Deben estar libres
de jabón y ser suaves; opta por lociones o geles que puedan
aplicarse con las yemas de los dedos para evitar la fricción que
se produce con los discos de algodón, que pueden ser demasiado
agresivos con la piel. Termina con un spray de agua termal calmante y
antirritante para suavizar la piel. Para hidratar tu piel sensible,
elige emolientes que formen una barrera protectora contra los daños
de la piel. Aplícalos con suavidad y regularidad, y tu piel te
lo agradecerá
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